COLUMNA DE:
Paulo Yvan Almeida

Paulo Yvan Almeida

Director Regional de Yara Pacífico Sur
27 agosto 2019 | 09:50 am Por: Paulo Yvan Almeida

La producción del café aún puede ser rentable

La producción del café aún puede ser rentable
En el Perú, más de 220 mil familias viven de la producción y comercialización del café; sin embargo, cada año su situación económica se agudiza. La respuesta está en que, para la mayoría de caficultores, a diferencia de sus pares en Brasil, Colombia o Vietnam, el café ya no es rentable.

El precio internacional del café convencional sigue sin superar los USD 100.00 por quintal; mientras que, el costo para producir la misma cantidad en el Perú es mayor a los USD 120.00. ¿Por qué? Principalmente, porque para los productores de Vietnam o de Brasil el precio internacional que reciben por su café si les es rentable debido a producen más volumen por hectárea.

Los agricultores de dichos países poseen una mayor extensión de tierra que sus pares peruanos. Además, sus costos de producción son más bajos porque utilizan mayor tecnología en la etapa de producción y postcosecha, y/o porque los insumos agrícolas -como fertilizantes o agroquímicos- que utilizan para producir están subvencionados.

Según data estadística del CENAGRO, el 95% de los agricultores peruanos que se dedican a este cultivo cuentan con menos de cinco hectáreas, extensión de tierra que es insuficiente si no producen un volumen significativo. La baja productividad también es un problema. El rendimiento nacional promedio es inferior a los 15 quintales (840 kilos) por hectárea, cifra que es duplicada por Brasil.

La suerte todavía no está echada. Como punto de partida, el caficultor debe apuntar a producir más café en menos espacio. Para ello deberá ser más riguroso en el manejo del cultivo (siembra, fertilización, defensa para la planta y poda adecuada) y en la etapa de postcosecha (despulpado, fermentación, lavado y secado del grano). Existen casos ejemplares en zonas productoras como Jaén o Moyobamba en las cuales los productores logran más de 50 quintales por hectárea. La rigurosidad y cuidado se aprende. Varias empresas del sector privado que cuentan con el conocimiento necesario podrían comprometerse a transferirlo a través de charlas y capacitaciones.

Otra alternativa para el caficultor es apostar por la producción de cafés especiales. En este tipo de café prima la calidad de taza. A mayor calidad, mayor será el precio que pagará el mercado para obtenerlo. Un quintal de café con una calidad de taza superior a los 88 puntos puede llegar a bordear los USD 1000.00. Nuevamente, la clave reside en la rigurosidad y en la aplicación dosificada de insumos agrícolas eficientes, tecnológicos y amigables con el medioambiente. Producir café de calidad y en cantidad, sí se puede.

Resulta indispensable que el Gobierno, el sector privado, la sociedad y los gremios acompañen el campo con programas de transferencia de conocimiento, que brinden herramientas a los medianos y pequeños agricultores para adoptar buenas prácticas agrícolas que los hagan más competitivos.