Todo el mundo sabe que el Estado es un pésimo comprador… y peor contratante. Los procesos de compras y contrataciones estatales están plagados de vicios, sobrevaluaciones, sobornos… y todo lo demás. Todas las instituciones – nacionales e internacionales – que han analizado el tema, llegaron a la misma conclusión. Las políticas, los procedimientos, la proliferación de organismos públicos, los funcionarios involucrados en dichos procesos… todo está mal.
Aparte de estar mal estructurado, el sistema es ineficiente, obsoleto, engorroso, y – lo que es peor – promueve la corrupción. Varios puntos del Producto Bruto Interno (PBI) del país están en cuentas personales de esas pandillas de facinerosos que nos roban – de manera descarada y sistemática – a todos los peruanos.
Pero no solo plata se roban esos desgraciados. Por los vicios de los sistemas de compras y contrataciones estatales, los servicios públicos devienen en deplorables. Hospitales inoperativos. Equipos médicos obsoletos. Medicamentos vencidos. Colas de amanecida. Carreteras destrozadas. Puentes inservibles. Represas inacabadas. Ciegos con brevetes. Pésima educación pública. En resumen… corrupción, despilfarro, y maltrato a más no poder.
El problema se mide en miles de millones. O sea, billones. Cualquiera sea la moneda – soles, dólares o euros – estamos hablando de un chorro de dinero. Así de grande es la corrupción en nuestro país. Todos los días, todos los meses, todos los años, la corrupción se llena de plata… a costa de todos los peruanos.
Los números y opiniones que vienen a continuación provienen de un estudio que en su momento – no hace mucho – realizó el Banco Mundial. (Reporte No. ACS22743). ¿Quién solicitó dicho estudio? El MEF. O sea, el Estado peruano – a través del Ministerio de Economía y Finanzas – encargó dicho estudio. ¿Qué dice el estudio?
Pues a eso quería llegar. En la compra de vehículos, cemento, y combustibles… ahí hay una gran cutra. El Banco Mundial – es entendible – debe guardar las formas. Pero nosotros no. Nosotros decimos las cosas por su nombre. Al pan, pan y al choro, choro.
La proliferación de "Unidades Ejecutoras" ha generado una gran dispersión de precios por el mismo bien o servicio. Algunas veces incluso comprados al mismo proveedor. Todo eso dice el estudio en mención.
Ahora ¡pongan atención a lo que viene a continuación! Los precios de cemento comprado por diferentes organismos gubernamentales varían en 350%. O sea, el cemento que unos compran – por decir – a 100, otros lo compran a 350. ¡Tremendos choros! Los precios de vehículos – categoría sedán, 4 puertas – varían en 600%. O sea, un vehículo que cuesta – digamos – US$ 15,000, unos sinvergüenzas lo compran a US$ 90,000. Peor aún. ¡Tres cuartas partes de los procesos de compras y contrataciones del Estado tienen un solo licitador!
El Estado tiene alrededor de tres mil entidades compradoras. ¡3,000! Salvo poquísimas y honrosas excepciones, cada una es más corrupta e ineficiente que la otra. La pregunta es ¿por qué no se digitalizan los procesos de compras y contrataciones del Estado? ¿Por qué no se estandarizan las compras más sensibles del estudio del Banco Mundial: vehículos, combustible, cemento, entre otros? ¿Por qué no se le encarga a Perú Compras la función de compras de TODAS las instituciones del Estado? Si Perú Compras existe y conoce del tema ¿por qué no se toma al toro por las astas? y solucionado el problema.
Seamos sinceros. Dejémonos de hipocresías. El Estado Peruano – Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial – NO está interesado en combatir la corrupción. Peor aún, el Estado Peruano – nuestro Estado – es parte de la corrupción. Todo el floro anticorrupción es eso… puro floro. No hay la más mínima voluntad política para combatir la corrupción.
Mientras no se integren y digitalicen los procesos de compras y contrataciones del Estado, la corrupción seguirá suelta en plaza.