COLUMNA DE:
Fernando Cillóniz

Fernando Cillóniz

Presidente de la consultora Inform@cción
05 julio 2010 | 06:41 pm Por: Fernando Cillóniz

Limitando el desarrollo y modernización de la agricultura

Propuesta Retrógrada

Sin Imagens

Es evidente que la iniciativa parlamentaria que pretende limitar la extensión de la propiedad agraria en la costa está dirigida a detener el crecimiento del grupo Gloria, principal propietario de Casa Grande, Cartavio, Sintuco y Chiquitoy en La Libertad, y que últimamente ha adquirido San Jacinto en Nepeña. A ese respecto habría que preguntarse qué de malo tendría que dicho grupo empresarial expanda sus operaciones a Lambayeque, donde todavía existen empresas azucareras en las que el Estado participa con importantes paquetes accionarios.

Para ello habría que recordar lo que era Casa Grande, antes de que el Grupo Gloria tomara el control de la empresa en enero de 2006. Caos administrativo, colapso total de la infraestructura de riego, maquinaria en estado ruinoso, campos abandonados, y corrupción dirigencial escandalosa; miles de peruanos podemos dar fe de ello. Y ni qué decir de la situación financiera de la empresa, con adeudos enormes al Estado por falta de pago de impuestos, y a los propios trabajadores y jubilados de la empresa, a quienes jamás se les pagaron sus remuneraciones y beneficios sociales a tiempo. A esos extremos llegó Casa Grande luego de 30 años de usufructo gratuito como producto de la Reforma Agraria de Velazco.

Por ello insisto ¿qué de malo tiene que un grupo empresarial haya sido capaz de sacar a Casa Grande del abismo, y que pretenda expandir sus operaciones para hacer más de lo mismo? ¿Porqué no reconocer los méritos de haber aumentado significativamente la producción de azúcar de la empresa, y de haber saneado su situación financiera? ¿Porqué no apreciar el valor de dar trabajo formal a miles de trabajadores peruanos y de remunerarlos oportunamente? ¿Porqué no celebrar el hecho de que el Perú, gracias a la capitalización del sector azucarero, haya recuperado su condición de país exportador de azúcar, tal como lo fue hasta antes de que la Reforma Agraria hiciera trizas la estructura empresarial del agro peruano?

Por otro lado,  está el argumento del abuso de la posición de dominio que el grupo Gloria podría ejercer sobre el mercado del azúcar. Pues bien, para eso está el Indecopi, y – mucho mejor y más efectivo que el Indecopi – para eso está también la libertad de importar y competir en el mundo del azúcar.

Consecuentemente, yo creo que tal argumento es tan solo una excusa. Si no, porqué no se preocupan del pollo, del cemento, del acero, de la aviación civil, de la banca, etc. donde la concentración de la producción en pocas manos es mucho más marcada que en el caso del azúcar.

El agro peruano está inmerso en un proceso de capitalización y modernización verdaderamente revolucionario. Primero fue el sector de frutas y hortalizas. Ahora se ha sumado el sector de cultivos industriales, donde destaca nítidamente el azucarero. Como producto de ello, las remuneraciones y el valor de las tierras agrícolas vienen aumentando significativamente en favor de los campesinos y trabajadores del campo. He ahí – en el agro moderno y competitivo – la base social y productiva que está permitiendo que el Perú esté creciendo más en el ámbito regional que en la capital.

“¡Oh envidia! raíz de infinitos males y carcoma de virtudes – decía don Quijote. Todos los vicios tienen un no sé qué de deleite consigo. Sin embargo, la envidia solo trae iras, rencores y rabias”.

La iniciativa parlamentaria para limitar la extensión de la propiedad agraria en el país, es una iniciativa envidiosa, y – por ende – iracunda, rencorosa y rabiosa. Y yo agregaría… contraproducente, retrógrada e injusta, donde los grandes perdedores serían los trabajadores del campo y los consumidores. Por ello, tal iniciativa no debe prosperar.