Asimismo, se calcula que solo en desperdicio de cereales las pérdidas alcanzan un 30% aproximadamente; entre 40% y 50% en raíces, tubérculos, frutas y hortalizas; 20% en semillas, productos cárnicos y lácteos; y un 30% en pescados y mariscos
Por: Raúl Yaipén Carranza
Lima, 01 Noviembre 2012 (Agraria.pe) De acuerdo con el último informe de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las pérdidas mundiales de alimentos y el desperdicio de los cultivos se estima en 1,3 billones de toneladas por año, lo que significa un 30% del total de los alimentos utilizados en todo el planeta.
Según el compendio encargado por la FAO, se estiman que anualmente solo en desperdicio de cereales las pérdidas son de un 30% aproximadamente; entre 40% y 50% en raíces, tubérculos, frutas y hortalizas; 20% en semillas, productos cárnicos y lácteos; y un 30% en pescados y mariscos.
Principales causas y consecuencias
De acuerdo con los especialistas de la organización internacional, el desperdicio de alimentos se asocia – principalmente - con el comportamiento de los vendedores minoristas, el sector de servicio de alimentos y los consumidores, precisando que las pérdidas de alimentos ocurren a lo largo de la toda la cadena de suministro.
Cabe señalar, que las pérdidas de alimentos se refieren a la disminución de la masa comestible para el consumo humano, a través de sus diferentes segmentos y que además de las pérdidas cuantitativas, los productos alimenticios también pueden presentar un deterioro en su calidad, lo cual conduce a una pérdida de valor económico y nutricional.
Iniciativa mundial
En ese sentido, la FAO está colaborando con los donantes, los organismos bilaterales y multilaterales, instituciones financieras (la ONUDI, el Banco Africano de Desarrollo, Banco Mundial, el FIDA, el PMA, la Unión Europea y otros), y socios del sector privado (la industria del envasado de alimentos) para desarrollar e implementar el programa sobre la reducción de pérdidas y desperdicio de alimentos, contemplándose un plan inicial basado en cuatro pilares principales:
Primero, incentivar la colaboración entre los organismos de las Naciones Unidas con sede en Roma y otros asociados claves; Segundo, dar a conocer y promover la iniciativa “SAVE FOOD” (proteger el alimento, cuyo objetivo es la creación de redes entre los interesados en la industria de alimentos); Tercero, establecer políticas e inversiones de apoyo basados en evidencia (tras hacer un reporte de pérdidas); y cuarto, realizar congresos regionales para promover la iniciativa SAVE FOOD.
