Lo justo sería que tratara a todos con la misma vara, pero no. A la mayoría nos trata con el rigor adecuado. Nos controla, nos inspecciona esporádicamente, exige el pago oportuno de impuestos y, si no, nos sanciona como corresponde.
Eso está bien. El problema son las otras dos varas. La Sunat tiene una vara permisiva que yo llamaría la de la vista gorda. La aplica a muchos agricultores y comerciantes del sector agroindustrial, principalmente algodoneros, arroceros, azucareros y maiceros. ¿Por qué? No sé. Es evidente que la Sunat cuenta con todos los mecanismos tecnológicos y legales para formalizarlos, pero –por alguna razón– no lo hace. La tercera vara es la abusiva e irracional. Aquella que, por errores realmente menores, y a veces por errores de la propia Sunat, aplica sanciones leoninas que pueden llegar al extremo de cerrar empresas serias y formales. Una sola vara, la del justo rigor. Esa es la única que debería tener la Sunat.
Fuente: peru21.pe