Don Alberto Benavides murió el miércoles, y a los tres días –o sea el sábado– traspasó el umbral del paraíso. Ese mismo sábado yo estuve en Humay y vi más agua en el río Pisco.
Es evidente que, inmediatamente después de reportarse ante San Pedro, don Alberto fue a abrir las compuertas del cielo de Huancavelica. El problema es que son muchas compuertas y no ha tenido tiempo de abrirlas todas. Pero ya verán; de a pocos caerán más lluvias sobre Huancavelica e Ica recibirá más agua para su agricultura. Pero no todo lo puede hacer don Alberto desde el cielo. Los iqueños –autoridades y agricultores– tenemos que poner de nuestra parte. Mejorar el manejo de Choclococha; construir los canales de Ingahuasi, Villacurí y Lanchas; infiltrar el acuífero, etc. Don Alberto nos va a dar la mano, pero –cuidado– también depende de nosotros resolver el problema del agua en Ica.