Es indudable que el crecimiento de las agroexportaciones, principalmente las frutas, muestras resultados increíbles y envidiables para muchos países. Nuestro vecino del sur nos mira con admiración y la brecha de diferencia de volúmenes exportados de los dos países cada vez se reduce más, fruto de nuestro buen clima, nuestros suelos y,  por supuesto, el importante esfuerzo del sector exportador.

Es indudable la decisión de nuestros empresarios de invertir, arriesgar y confiar en el éxito del riego que ha permitido cambiar la historia de la agricultura en el Perú, permitiendo la obtención de resultados sorprendentes como el desarrollo de la uva en Piura, y el arándano en climas tropicales.

Los números de crecimiento a octubre del 2018 -palta (26%), arándanos (57%), uva (37%), mango (46%)- nos auguran que la senda del crecimiento se está cumpliendo y genera en muchos pequeños agricultores la gran expectativa y el deseo de incursionar en la agroexportación por lo que se vienen asociando e integrando como es en el caso de la palta, mango y arándano, que han dado respuestas positivas.

Pero así como crecen las exportaciones, también crecen los peligros y los riesgos. Al respecto, hemos visto como la palta ha tenido en algunos momentos una caída de precios (de US$ 16 a US$ 4 la caja), eso nos obliga a introducir elementos de control, observación y de prevención con carácter anticipativo para poder seguir en esta senda de crecimiento y reorientar las acciones en aquellos espacios que necesitan algún tiempo de cambio, es por eso que el tema de la diferenciación en los mercados es importante.

En esa necesidad de ampliación de los mercados cautivos, necesitamos  captar cada vez más y mejores plazas, y más diferenciadas; esa es la gran tarea de nuestros empresarios y de las plataformas comerciales que tienen establecidas.

Por otro lado, también es importante fortalecer campañas publicitarias en los destinos más importantes. Debemos asegurar no solo la presencia del producto en el mercado sino también reforzar los mecanismos de aseguramiento de la calidad en origen para preservar y controlar que la fruta u hortaliza que llegue al mercado lo haga de acuerdo a las especificaciones y las expectativas de dicho mercado.

Además, se debe trabajar el tema de productos con valor agregado. En palta existe la necesidad de fortalecer los mecanismos de exportación de palta congelada, guacamole. En arándanos existen varias formas de consumirlo a nivel mundial y no solo fresco; para ello debemos de encontrar aplicaciones complementarias al fresco,  que va a seguir creciendo pero habrán también calidades no aptas para el fresco que necesitamos incorporar al mercado y mantener la rentabilidad del agricultor y el exportador.

El tema de valor agregado en todas las cadenas de valor es determinante y es urgente trabajar en la innovación, todos esos aspectos deben ser concebidos desde una política de vigilancia de mercados. La inteligencia prospectiva es vital para poder orientar a nuestros empresarios de los excedentes que se pueden producir en los mercados y de la necesidad de orientar hacia otros destinos, ahí está la tarea de una gran oficina de vigilancia comercial, de inteligencia prospectiva y de apoyo a la información abierta, colectiva y transparente que brinde información oportuna, precisa y necesaria para que la tan esperada competitividad se recupere, se mejore y podamos seguir en la senda del crecimiento que las frutas y hortalizas han permitido lograr en nuestro país.