COLUMNA DE:
Sandro Barreto

Sandro Barreto

21 noviembre 2016 | 10:13 am Por: Sandro Barreto

Lucro, usura, ética y colusión.

Lucro, usura, ética y colusión.
El previsible incendio de multicines UVK en Larcomar y la lamentable muerte de cuatro personas, han puesto al descubierto una práctica clásica del “capitalismo salvaje” que, aunque no lo crea el lector, se da con mucha frecuencia en nuestro medio. El lucro  y la usura se han convertido en un deporte que viene ganando adeptos en el mundo empresarial local por la permisividad, corrupción y colusión de funcionarios públicos que, se supone, deben proteger al consumidor peruano integralmente para asegurar la salud económica, física, emocional, mental y espiritual de la población.

Recordemos las concertaciones de precio que se han hecho públicas en nuestro país, como la de los fabricantes de papel higiénico Kimberly Clark (Suave) y Protisa (Elit y Noble), que consideraron que la limpiada de culo del peruano debería ser la más cara de la región, o la de las cadenas de farmacia Inkafarma, MiFarma, Arcángel, Fasa y Boticas Felicidad que consideraron que los peruanos debemos pagar más por los medicamentos, o la de las envasadoras de gas Lima Gas, Zeta Gas, Repsol Gas, Llama Gas y Forza que entre el 2005 y el 2011 decidieron que el balón de gas debía costar más, o a las siete empresas aseguradoras y la Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg) por concertar precios en la venta del SOAT entre diciembre del 2001 y abril del 2002, son solo la punta del iceberg en ese submundo en que las investigaciones demoran entre 5 y 15 años y que, cuando se comprueba la culpabilidad, solo son tratadas como una infracción administrativa que justifica a la empresa y a sus directivos  correrse el riesgo de no ser éticos en nuestro país, ya que los montos que se deben pagar por concepto de multas son insignificantes frente al lucro que obtienen este tipo de empresas usureras que pueden seguir vendiéndole, incluso, al estado. Muy diferente es el manejo de estos casos en Estados Unidos, ya que además de que las autoridades actúan con velocidad para detectar y resolver los casos, la concertación es delito penal perseguido con cárcel y millonarias multas.

A pesar de que los directivos de UVK y del centro comercial Larcomar sabían que los cines requerían rociadores de agua y detectores de humo, prefirieron no ponerlos en el primer caso y no exigirlos en el segundo. La Gerente General de UVK, Mónica Ubilluz, en diálogo con el programa “Cuarto Poder” indicó  que Defensa Civil, léase Municipalidad de Miraflores, no se los requirió y por tanto no eran necesarios. Por su lado el Gerente General de Larcomar Luis D’Angelo  declaró, en entrevista con el programa Reporte Semanal, que por distintas cláusulas del contrato con UVK ellos no tenían injerencia en los sistemas de seguridad del cine y no mencionó para nada la limitada longitud de las mangueras contra incendio así como la falta de desconexión del fluido eléctrico ante el siniestro. Lo cierto es que todos “se echan la pelota” y ninguno de los involucrados tiene la entereza de reconocer su responsabilidad porque eso pondría en evidencia la existencia de colusión. Finalmente los ministros Zavala y Basombrio adelantaron opinión irresponsablemente el mismo día 16, al declarar que el incendio era un caso fortuito cuando lo imparcial, objetivo y prudente era esperar el informe técnico del caso y de todos los cines de la cadena UVK. (Hoy cerrados por ellos mismos quien sabe si con el fin de tapar o regularizar falta de seguridad)

Detrás de todo esto hay solo una explicación que se define con pocas palabras: lucro, usura, falta de ética y colusión; es decir el beneficio para el negocio sin importales para nada los dos grupos de interés más importantes de cualquier organización que quiera asegurar su sostenibilidad: sus consumidores y sus colaboradores. Este sesgo que parece “tirado de los pelos” se presenta cuando la Misión y/o los Valores de una organización no están bien definidos o no son “vividos” por los integrantes de la misma, empezando lógicamente por los gerentes generales; porque como sabemos “lo que no pasa arriba no pasa abajo”. Si usted entra a revisar en la web los valores de LAN (http://www.lan.com/sitio_personas/minisitios/trabajar_en_lan/chile/vision_mision.html) encontrará “seguridad” como uno de ellos, lo mismo sucede con AVIANCA (http://www.avianca.com/es-pe/nuestra-compania/informacion-institucional/perfil-corporativo.aspx). En la Misión de los Centros Comerciales Open Plaza puede encontrar una declaración de Misión relacionada con la seguridad (http://www.openplaza.com.pe/opplapepr/nosotros/historia.html), los señores de CiNEMARK incluyen la seguridad en su Misión (https://es.scribd.com/doc/136542397/Cinemark-Trabajo-1)  sin embargo no pasa eso con los operadores de Larcomar; a saber Parque Arauco (http://www.parauco.com/mision-y-valores/) y los señores de UVK tampoco tienen nada relacionado con seguridad (http://www.uvkmulticines.com/nuestra_empresa/).

Recuerde que si la Misión y los Valores de su organización no están orientadas a sus clientes y a sus colaboradores, tanto en la declaración como en la puesta en práctica de los mismos, sus decisiones estarán mal encaminadas y en lugar de agregar valor a su propuesta única de venta, lo disminuirán. Insistimos, la Misión y los Valores no se instalan en las organizaciones con tarjetitas, afiches, banners o protectores de pantalla; todas esas cosas sirven de refuerzo cuando la Misión y los Valores se viven en el día a día.

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