COLUMNA DE:
Sandro Barreto

Sandro Barreto

10 octubre 2016 | 10:53 am Por: Sandro Barreto

Determinación, perseverancia y éxito

Determinación, perseverancia y éxito
Una de las muchas y coloridas expresiones culturales del Japón es un amuleto muy popular llamado Daruma. Esta figura redonda representa al maestro budista Bodidharma; fundador y primer patriarca del Zen. El amuleto que viene acompañado de la frase: “Caer siete veces, levantarse ocho. La vida comienza desde ahora”, representa que no hay que darse por vencido. Los Daruma tradicionales están hechos de papel maché, son vacíos por dentro y tienen un peso en la base de manera que al caerse recuperan su posición original. La capacidad del muñeco para mantenerse en pie simboliza los valores de la determinación y perseverancia para alcanzar el éxito. Estos valores culturales son inculcados a los niños japoneses por sus padres desde muy temprana edad, siendo durante su infancia un popular juguete con el que los padres enseñan esto a sus hijos. El Daruma es redondo ya que se dice que Bodidharma perdió sus extremidades después de meditar por mucho tiempo en el interior de una cueva. Las cejas tienen forma de una grulla y el vello facial tiene la forma de la concha de una tortuga (dos animales que representan la longevidad en Japón). Pero lo más distintivo del Daruma son los ojos, que son grandes y se encuentran en blanco. El tamaño exagerado de los ojos simboliza que hay que estar siempre mirando el objetivo que se tiene. Según la tradición, se pide un deseo o se propone una meta al adquirir un Daruma y se pinta un ojo. Una vez cumplido el objetivo se pinta el otro ojo en agradecimiento por la intervención de otro mundo para ayudar a las personas.

Si los valores determinación y perseverancia son inculcados desde la infancia en Japón, no es raro que,  según un estudio realizado por la universidad de Alberta a fines del 2014, en el país del sol naciente existan más de 50 mil empresas con más de 100 años de antigüedad y algo más de tres mil empresas con más de 200 años. Para los que creen que eso es poco, en el 2007 la empresa de construcción de templos Kongo Gumi fue absorbida por su rival, Takamatsu Corporation, luego de permanecer 1,429 años en funcionamiento. Uno de los factores comunes de las empresas más duraderas es que todas ellas parecen estar controladas por familias a las que lo que más les importa no es simplemente ganar dinero, lo importante para ellos es que la empresa pase de generación a generación y tenga ciertos beneficios para la comunidad, empleados y clientes (goodwill). De acuerdo con Toshio Goto, profesor de la Universidad de Economía de Japón, en la actualidad el 97 % de las empresas japonesas son empresas familiares y el 77 % del empleo japonés a tiempo completo es generado por empresas familiares.

¿Qué otras claves hay detrás de esta longevidad empresarial? No hay una sola respuesta, ni receta mágica, ni conjuro, pero el sentido común indica que las empresas que han conseguido la sostenibilidad a lo largo de los años, son las que, entre otros factores,  han mantenido una actitud proactiva y flexible ante los cambios (se han sabido anticipar y adaptar), las que han sabido crear una cultura orientada a identificar y satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes, las que tienen una visión de negocio a largo plazo y las que han previsto los procesos de sucesión. Otra de las claves detrás de la longevidad está en mantener una sana política financiera que implica cuidar las inversiones para que no se disparen y vigilar el endeudamiento (hay ocasiones en que innecesaria y torpemente abrimos muchos frentes). Algunos especialistas indican que el modelo de negocio de una empresa consta de dos partes que acompañan a la propuesta de valor: el modelo económico y el modelo financiero. El primero tiene que ver con los volúmenes, precios y plazos de cobro para los clientes a los que se les pretende vender (costos, márgenes y NOF), en el entendimiento que este no es un modelo estático en el tiempo pues tiene que ver con la evolución del mercado y, sobre todo, con la capacidad de estimular y generar demanda con eficiencia. El modelo financiero es el que proporciona la liquidez al modelo económico (sin liquidez se muere de infarto), por lo que una excelente iniciativa empresarial con un inadecuado control contable puede hacer colapsar a la organización (sobre inventarios, refinanciaciones a clientes, inventarios caducados y/u obsoletos, morosidad, gastos inútiles,  etc.). El diseño del modelo financiero pondrá en evidencia el fondo de maniobra requerido. Si no se capitaliza, si no hay rendimiento está en riesgo la sostenibilidad.

¿Qué hacer en la propia organización si se ha puesto en riesgo la sostenibilidad? Separe la paja del trigo quedándose con todo lo bueno y desechando todo lo malo (estrategia, procesos, personas, estructura, indicadores y sistemas de compensación), luego arme un buen equipo no solo considerando aspectos técnicos y aptitud, rodéese de personas con principios y valores, gente con actitud: gente que sepa SER. Con esa gente saldrá adelante y si no supo escoger, irremediablemente se hundirá. Recuerde: “Dios perdona, el tiempo y el mercado no”.

¿Qué hacer en la propia vida si se ha puesto en riesgo su sostenibilidad? Haga una autoevaluación a conciencia para, por un lado, identificar, corregir y aprender de sus errores, y por otro, identificar y consolidar sus aciertos y fortalezas. Luego de ello inicie el proceso para generarse ingresos, seguir creciendo y disfrutar la vida. Recuerde la frase: “Caer siete veces, levantarse ocho. La vida comienza desde ahora”.

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Sandro Barreto Reyes