Mangos con mejora en el proceso de certificación para exportación, panela procesada con mayor efectividad, café monitoreado con Internet de las Cosas y cáscara de cacao usada como combustible y fertilizante, son algunos de los avances mayores de la región y sus cultivos.
(Agraria.pe) La innovación tiene un efecto multiplicador y un impacto socioeconómico fuerte, especialmente en el campo de la agricultura y agroindustria, destacó William Ipanaqué, doctor en Ingeniería Mecánica Eléctrica de la Universidad de Piura (UDEP).
De acuerdo al especialista, esto queda demostrado con el hecho de que en los 10 años de existencia del fondo Innóvate Perú, que está a cargo del Ministerio de la Producción, la mayoría de proyectos considerados en la región Piura corresponden a la agricultura y agroindustria, lo que la puede convertir en un polo de desarrollo descentralizado.
En esa línea, destacó que si bien los resultados en investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) son de largo plazo, ya hay casos de referencia interesantes en Piura que se han gestionado a través de los fondos de Innóvate Perú y la Oficina de Vinculación Universidad y Empresa.
Uno de estos ejemplos es el mango, que se produce especialmente en las zonas de Sullana y Tambogrande, y que es exportado a mercados como Estados Unidos y Japón, países de destino que cuentan con protocolos sanitarios diferentes para permitir el ingreso del producto.
De acuerdo a Ipanaqué, ya existe una empresa que está trabajando en un solo sistema que permite afrontar ambos protocolos, ya que de otra manera, se tendría que gastar recursos en personal que se encargue de cada destino por manera separada, lo que resulta oneroso.
Otro producto donde el sentido de innovación está empezando a dejar huella, refirió, es el de la panela y azúcar granulada, que hace ocho años era procesada con tecnología importada desde Ecuador y Colombia.
“Es un producto interesante, trabajamos con asociaciones de productores y ahora tenemos prototipos instalados en tres centros productivos de Piura que duplican la productividad en relación a la tecnología que antes importábamos y el impacto ambiental también se ha reducido grandemente”, detalló.
Otro área de interés es el del banano orgánico, cultivo que ha crecido notablemente los últimos años en la región piurana y al que se está dotando de campañas de extensionismo e identificado las brechas tecnológicas que tenga para mejorar el producto.
Igual de promisorios son el café, cuyas cultivos se están monitoreando con Internet de las Cosas para establecer parámetros de cuidado tanto en la planta como en la tierra, y el cacao, que trabajan productores de las zonas cercanas a Chulucanas, y con quienes se busca mejorar el germoplasma así como los procesos de fermentación.
Finalmente, Ipanaqué refirió que se trabaja con alumnos de maestría de Alemania en alternativas de uso para la cáscara del cacao, que solía tirarse al campo ocasionando un problema ambiental, pero que recolectada y en un biodigestor puede mejorar la calidad del gas y funcionar como fertilizante orgánico concentrado.
Dato
.William Ipanaqué participó en el reciente SEPA (Seminario de Especialización en Procesos Agrícolas), dedicado a la Investigación, Desarrollo, Innovación y Difusión, organizado por la consultora Inform@cción.
