15 febrero 2019 | 09:01 am Por: Edwin Ramos

Informó el Serfor

Cooperación japonesa ayuda a implementar un mapa forestal de bosques secos del norte peruano

Cooperación japonesa ayuda a implementar un mapa forestal de bosques secos del norte peruano

Iniciativa consiste en una propuesta metodológica para elaborar este insumo básico para la zonificación forestal de estas áreas vulnerables. 

(Agraria.pe) A través de su proyecto ProBosque, JICA, entidad de la cooperación japonesa, entregó al Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) una propuesta metodológica para elaborar el mapa forestal de los bosques secos localizados en el norte del país.

En un comunicado, el Serfor, dependencia del Ministerio de Agricultura Riego, informó que este apoyo se suma a los esfuerzos para confeccionar dicho insumo básico para la zonificación forestal implementada por los gobiernos regionales. 

“Los bosques secos se encuentran en los departamentos de Tumbes, Piura, La Libertad y Lambayeque; en este último se concentraron los estudios de caso para contar con la metodología que permitirá identificar los distintos tipos de bosques mediante el uso de software y datos de libre disponibilidad”, explicó. 

Agregó que el aporte de JICA será de gran ayuda para los especialista pues es la primera vez que se elabora una metodología dirigida a los bosques secos que reúne criterios de clasificación (fisiográficos, florísticos, etc.) y procesamiento de imágenes satelitales, así como un trabajo de campo para identificar y delimitar un mapa forestal. 

Como parte de esta iniciativa, la cooperación japonesa capacitó durante tres días a los especialistas del Serfor en el uso de la metodología y herramientas con fin de validarlas y oficializarlas para su implementación en los gobiernos regionales de la costa norte peruana. 

El mapa forestal de los bosques permitirá planificar, monitorear, tomar decisiones y gestionar de manera sostenible y eficiente estos recursos naturales. 

Cabe recordar que los bosques secos se han convertido en el blanco de depredadores de algarrobos, que cortan con motosierras ejemplares que sobrepasan incluso los 30 años de edad, por lo que es urgente una política más efectiva de protección de dichas áreas.